Pueblo nuevo del sur

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Mérida. Foto: Héctor Molina

lunes, 8 de marzo de 2010

Mérida le dio el último adiós a Don Manuel de La Fuente




Su recuerdo permanecerá en el tiempo

Mérida le dio el último adiós a Don Manuel de La Fuente

*** La gran familia merideña, admiradora de un sin fin de obras de Manuel de La Fuente, se despidió ayer de este insigne artista, que llegó desde España a la Ciudad de Los Caballeros para nunca más volver a su tierra natal, ya que se enamoró de las bellas sierras andinas

Miroslana Gutiérrez
Fotos:  Ramón Pico

Manolo, como le decían sus amigos al inolvidable Manuel de La Fuente, cerró sus ojos este jueves sorprendiendo a miles de personas que lo apreciaban por su generosidad,  amabilidad y por sus innumerables obras de arte. Fue querido por todos quienes lo conocieron, sus obras reposan en todo el mundo, principalmente en Mérida, ciudad que lo cobijó por más de cincuenta años y donde cultivó amistades de todas las instituciones, entre esas, por mencionar algunas, la Universidad de Los Andes, Academia de Mérida (fundador), comunidad taurina y todos los sectores del arte.
Manuel de La Fuente fue despedido ayer por todos sus amigos y familiares a las 9:00 de la mañana, su cuerpo fue llevado a la Catedral, donde lo homenajearon con música al ritmo del paso doble a cargo de la Banda del Ejercito Bolivariano, interpretando el Gato Montés, y posteriormente el tema “Feria del Sol” de don Antonio Picón. La homilía estuvo a cago de Monseñor Baltazar Porras, quien mencionó las obras que hizo Manuel en la Catedral.
En la ceremonia lo acompañaron su esposa María de Los Ángeles, sus hijos María Jesús y Sirias Manuel, además de las autoridades de la Universidad de Los Andes; alcalde de Libertador, Léster Rodríguez y su tren ejecutivo; William Lobo de la Academia de Mérida; Eleazar Ontiveros en representación de los jubilados de la ULA; Julio Carrillo, director de Cultura del estado (quien dio unas palabras fuera de lugar); el ex gobernador de Mérida, Jesús Rondón Nucete, quien otorgó una pieza oratoria como homenaje póstumo; y también leyeron un acuerdo que hizo la Academia de Mérida. Cabe destacar que fue notoria la ausencia del tren ejecutivo regional.De allí lo llevaron su casa, que recientemente convirtió en museo, en la urbanización Santa María, posteriormente fue regresado su cuerpo a las capillas velatorias, y luego, a las 4:00 de la tarde de ayer, se le dio cristiana sepultura en el cementerio de La Inmaculada Concepción.

HOMENAJE POSTMORTEN

Hoy, sus amigos le rinden homenaje a Manuel de La Fuente, recordando su vida y obra en Mérida. José Manuel Quintero, popularmente conocido como “Chachá Quintero”, mencionó que de La Fuente “era un español nacido en Cádiz, que llegó a Mérida a la edad de 25 años, en 1959, contratado por Manuel Mujica Millán que estaba construyendo la catedral. Él vino como pintor y escultor, muchas de las obras, esculturas, tallas y pinturas que están dentro de la Catedral son de Manuel de La Fuente”.
En aquel entonces, este talentoso artista fue inquirido por el rector Pedro Rincón Gutiérrez, para que se quedara en Mérida, y dictara clases en la Facultad de Arquitectura. Así comenzó la integración de Manolo en esta ciudad, y posteriormente fue también profesor de la recién creada facultad de Arte, entonces, la Universidad de Los Andes, en agradecimiento a su trabajo, le otorgó el título de Doctor Honoris Causa en Arte.

MÉRIDA LLENA DE OBRAS

“Manuel de La Fuente nunca quiso regresar a su España natal y se enamoró de esta ciudad, donde realizó tota su trayectoria artística, es por ello que el que quiera estudiar el trabajo y escultura de Manuel, tiene que venir a Mérida, porque sus obras están desde el páramo en el Monumento de la Loca Luz Caraballo, hasta el pueblito más escondido de la entidad. En la sierra tenemos el monumento a la Bandera y el Espuelón Miranda, en los Chorros de Milla tenemos a la India Tibisay, si bajamos un poco más, en la equina del Viaducto Campo Elías encontramos a la India América, que fue un homenaje a los 500 años de la Conquista”, narró Chachá Quintero.
Además, en el Bulevar de los Pintores, se encuentra la estatua de Caracciolo Parra y Olmedo; en el patio de honor del rectorado de la ULA está la escultura del rector de rectores Perucho (Pedro Rincón Gutiérrez). La estatua sedente de don Andrés Bello está ubicada en la avenida que lleva su nombre, y un poco más abajo, estaba la estatua ecuestre del fundador de la ciudad de Mérida, Juan Rodríguez Suárez. Todas estas obras fueron creadas por el artista Manuel de La Fuente. En fin, por todas partes hay obras de Manuel, Las Heroínas, la Virgen de la Paz en el estado Trujillo.
Mérida no es el único lugar donde hay obras de este escultor nacido en España, en toda Latinoamérica hay trabajos de Manuel, en casi todo el mundo hay obras de Manolo, “creo que sólo en Oceanía no hay una obra de él”, dijo Chachá.

LA PASIÓN DE MANUEL

Los toros de Manuel son todo un emblema, así como el Bolívar que reposa en la Academia de Mérida y los tantos bustos que hay en esta ciudad, son obras de él. Recientemente en su casa en la urbanización Santa María, el lunes 15 de febrero de carnaval, inauguró el museo Manuel de La Fuente, el cual queda como legajo para Mérida. “Queremos que Manuel no se convierta en polvo, aunque se va a convertir en polvo pero producto natural de la vida”. Manuel de La Fuente fue fundador de la Academia de Mérida, allí, en el área de bellas artes tiene el sillón número 1.
El viernes, durante el velorio de Manuel, hubo una sesión extraordinaria de la Academia de Mérida con todos sus miembros al lado su féretro, donde se aprobó el comunicado que leyeron ayer en la Catedral de Mérida.
También, Adelis León Guevara e Hidelbrando Rodríguez, recitaron unas palabras en forma de poema y posteriormente, atendiendo una petición de su hija, fue despedido con unos aplausos. “Y eso lo hicimos porque a Manuel hay que despedirlo con un fuerte aplauso, dentro de la tristeza que a nosotros nos acongoja, debe triunfar la alegrías de verlo siempre en cada una de sus obras. Una de las formas más bellas de admirar y rendirle homenaje a Manuel es contemplando sus obras; por eso le hemos denominado “Manuel de La Fuente: el escultor de Mérida”.

TAURINO POR EXCELENCIA

Manuel de La Fuente fue un aficionado taurino por excelencia, fue miembro de la comisión taurina municipal, su apego hacia el toro era impresionante, él manejaba sus manos en bronce hasta hacer la escultura de un toro. Eso era algo increíble para quienes tuvieron la oportunidad de verlo realizar sus obras. En todas partes de Mérida podemos encontrar ese amor y riqueza que tenía Manuel por esta ciudad. Chachá Quintero, manifestó que “se nos fue el artista de mayor trascendencia mundial que vivía en la ciudad”.

UN HOMBRE QUE CREYÓ EN LA LIBERTAD

Miguel Rodríguez, profesor de la Universidad de Los Andes y amigo de Manuel de La Fuente, dijo que tuvo el honor de conocerlo y tratarlo, fue su compañero de trabajo en la universidad. “Fue un hombre muy brillante, un gran artista, un hombre que creyó siempre en la libertad, fue una persona que aportó mucho a sus estudiantes, amigos, a Mérida y a Venezuela. Lo vamos a necesitar a futuro, pero dejó un legado muy importante y que es sin duda alguna permanecerá en el tiempo en la universidad, en Mérida, en Venezuela y en el mundo”.
Rodríguez dijo que “Manuel vino a Venezuela comenzando la democracia, pensando en quedarse en Caracas, y el doctor Rincón Gutiérrez, en aquel momento le ofreció la posibilidad de ingresar a nuestra escuela de arte y eso fue lo que hizo, estuvo en la escuela de arte de la Universidad y en los últimos tiempos era profesor de la Facultad de Arte. Fue un gran artista, un creador con una visión de la vida que le permitió esa expresión poética en cada una de sus obras”.

Expuso además, que la gente piensa que Manuel fue sólo un escultor, y no es así, él fue también un poeta. “Lo recuerdo mucho en las tardes de toro acá en Mérida porque, además él fue un hombre conocedor del arte de los toros y nosotros lo acompañábamos siempre en estas Ferias del Sol. Era un pensador, Manuel era un hombre de pensamiento avanzado con un gran amor por la humanidad”. Recuerdo que cuando falleció el doctor Rincón Gutiérrez, Manuel insistió mucho en la necesidad de dejar una obra que recogiera al doctor Rincón y que se pusiera en algún espacio de Mérida, y es lo que tenemos ahora en el edificio del Rectorado, que está ahí transitoriamente porque la idea de él no era que esa escultura del doctor Rincón estuviera en el Rectorado, sino en un espacio abierto que fuera de la universidad pero que estuviera a la vista de todos”.

COINCIDENCIA TOTAL

Eleazar Ontiveros, presidente de la Seccional de Profesores Jubilados de la ULA, también expuso sus experiencias con Manuel de La Fuente, con quien compartió cosas muy especiales, como el hecho de coincidir, “él como director de Cultura del estado y yo como director de Cultura de la Universidad de Los Andes. Siempre estuvimos de acuerdo en algo fundamental y fue el hecho de que la cultura o actividad artística, no podía constreñirse al manejo de un grupo institucional, sino que debía producirse una apertura social amplia”, dijo.
Manuel de La Fuente es un paradigma del arte tridimensional, no solamente en Mérida, sino en Venezuela y el mundo. Se tiene la seguridad de que los nóveles cultores venezolanos van a tomar mucho de lo hecho y enseñado por Manuel de La Fuente. Últimamente, dejó las características anatómicas y fisionómicas del hombre, para dedicarse al reflejo de las multitudes y de las presiones que las multitudes sufren constantemente por las inconsistencias desde el punto de vista social y político en el país. Sus obras son perennes y permanecerán en el tiempo, y todos tendremos chance de seguirlas admirando.

“FUE COMO UN PADRE PARA MÍ”

Su amigo Carlos Rangel, señaló que Manuel de La Fuente fue una persona honorable de muchos sentimientos, una persona muy culta que quería a la ciudad de Mérida, se preocupaba por lo que aquí sucedía. Es un ícono para nosotros, es una institución, y de verdad lamento profundamente su muerte, porque él fue amigo más que todo y como un padre para mí, por los consejos que me daba en cuanto a proyectos; nos daba mucha fuerza para seguir luchando. Una vez me dijo: mira Carlos, no hay mejor educación que la que dan los padres a uno cuando es pequeño, no existe otra. Lamentamos que se nos haya ido de esta manera, lo tendremos en nuestros corazones porque Manolo para nosotros fue un gran ejemplo”.

PRIMERA PUBLICACIÓN DE MANOLO EN 1964

Por su parte, Pedro Paraima, profesor de la ULA, dijo que conoció a Manolo en el año 1964. “Nos conocimos por casualidad en el estudio que él tenía para esa época en la casa de su paisano Esteban Cruz Gago. Yo llegué al taller y estaba Manolo haciendo una escultura, vi que trabajaba con tanta majestuosidad que le dije: usted tiene bastante academia, no hace esculturas espontáneas, y me respondió: si, yo vengo de la academia, estudié en Cádiz. Luego de eso, el primer artículo que se publicó sobre Manolo de La Fuente lo publiqué yo en el Diario La Opinión, era un diario que fundó el poeta León Alfonso Pino en los años 60”.
Paraima dijo que ese hecho lo unió a Manolo, desde ese momento hasta la actualidad, con una gran amistad y comunicación. Hablaban mucho de cultura, de la Universidad, del proceso de desarrollo de la Facultad de Arte, y de cómo él se fue sembrando en la ciudad de Mérida. No hay nada en Mérida donde no esté la huella de Manolo de La Fuente, por medio de su obra escultórica, como religiosa y civil. Como ejemplo de ello, tenemos dos monumentos, el de Andrés Bello que es una pieza hermosísima que está en la avenida que lleva su nombre, y el monumento emblemático de Perucho que está en la Universidad de Los Andes, además de las obras que están sembradas en Venezuela, como la Virgen de La Paz”.

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