El reposo del campeón Valero
Pablo Emilio Zapata
Foto: Hector Molina
Por solicitud del campeón mundial, Edwin Valero, a los comunicadores del Diario Pico Bolívar, en su casa de campo, enclavada en la montaña del sector La Mucuy, en horas de la tarde de ayer, a pocos metros de distancia manifestó con amabilidad: “Por favor, por ahora no los puedo atender, estoy descansando, en otra oportunidad hablamos, viejo, tranquilo, tengo mucho sueño”, con una sonrisa a flor de piel: “hoy no quiero pelear”, se despidió el atleta vigiense. Y no era para menos con el ambiente de silencio y el espesor del verde que rodea esta bonita morada, sólo una manada de perros guardianes, junto a un grupo de uniformados policiales, que resguardan su seguridad y la de su familia. A todas luces, el número uno del boxeo venezolano, por el momento difícil que está pasando, sólo nubarrones reposan en su andar, ya que la mañana de ayer, salió de su casa, ubicada en el sector del Parque Nacional la Mucuy, para conseguir los rotativos de circulación regional y nacional en la población de Tabay, donde una pequeña colisión con otro vehículo, que por cierto arregló con el afectado de la mejor manera, y este incidente levantó de nuevo una serie de comentarios y rumores que tienen en tela de juicio de nuevo al deportista, que está en búsqueda de obtener una nueva oportunidad en su vida personal como lo declaró entre sus mejores colaboradores y familiares, encuentra cada día obstáculos y dificultades propias de un hombre público. Está claro que en pocos días volverá a sus entrenamientos, porque su manejador, José Castillo, está tramitando su visa norteamericana, que por falta de algunos requisitos no se la han expedido, y de esta manera volverá a su camino victorioso para, en al menos dos combates a más tardar, verse las caras con Paquio, en la velada esperada por los amantes del deporte de los coliflores. En pocas horas, Edwin Valero es esperado en La Guaira y de allí partirá a Cuba, donde trabajará en su aspecto mental y físico para retomar el camino de un símbolo del deporte venezolano, que por circunstancias de la vida lo han hecho caer en un túnel lleno de oscuridad, pero que tiene una luz que le podría volver a sus grandes instantes en el ring y fuera del ensogado. Al presente, aceptar los errores y mirar al frente a un campeón de carne y hueso, y no sólo de un pegador de mil golpes, porque que la existencia le propinó un gancho y la adversidad lo puede noquear. A Edwin Valero le esperan varios combates, pero sus seguidores saben que a todos les podría hacer sombra y seguirá adelante por mucho tiempo.
sábado, 10 de abril de 2010
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