Los manifestantes saquearon el comedor y secuestraron un bus de la Ula
En medio del enfrentamiento los policías lograron recuperar el vehículo de la universidad y además detuvieron a siete personas
Isabel Manzanilla Delfín Fotos: Rolando González/ Héctor Molina/ Agustín Volcanes
El ataque de un grupo de encapuchados a un bus de la Universidad de los Andes (Ula) dio origen a la tensión que se vivió ayer en la parte norte de la ciudad, a partir de aproximadamente las 4.30 de la tarde hasta pasadas las 9.00 de la noche, y que dejó como resultado dos civiles y tres policías heridos.
Según declaraciones del profesor Alí Rosario, director de servicios generales de la Ula, la unidad fue secuestrada en la intersección de la avenida Las Américas y viaducto Campo Elías. “Obligaron al chofer a que se bajaron y se llevaron el bus”.
Los manifestantes trasladaron el vehículo hasta el núcleo universitario de La Liria, donde saquearon el comedor universitario. “Rompieron puertas, tiraron objetos a la piso, abrieron cavas”. Así describió Rosario los destrozos causados. Dijo que aún no tenía precisado los alimentos y demás bienes que se habrían llevado pues serán los encargados de los almacenes quienes evaluaran hoy el inventario.
ENFRENTAMIENTO
Cuando los encapuchados huían en el bus con lo saqueado fueron interceptados por comisiones de Polimérida en la esquina de la avenidas Las Américas y Los Próceres, sector Albarregas. Según indicó el reporte policial los manifestantes en su intento por esquivar a los uniformados arrollaron a un funcionario adscrito al Grupo de Apoyo Motorizado.
“De igual manera resultaron heridos por arma de fuego dos servidores públicos policiales al ser agredidos por encapuchados que salieron de las Residencias Domingo Salazar”, así lo indicó el reporte de Polimérida.
Sin embargo los policías lograron recuperar el vehículo y además detuvieron en el sitio a cinco hombres y dos mujeres “que se encontraban a bordo de la misma”.
Durante el enfrentamiento, en el que hubo disparos, perdigonazos, y agresión con objetos contundentes, también resultaron lesionados por tiros dos civiles. Efectivos de los Bomberos Ula y Cuerpo de Bomberos de Mérida prestaron auxilio a las víctimas.
VÍCTIMAS DE LA REVUELTA
Al Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (Iahula) ingresaron José Armando Vázquez Gil, presunto estudiante de Derecho de 22 años, a quien le diagnosticaron herida por impacto de proyectil de arma de fuego en tórax posterior derecho y en hombro derecho; y Jean Carlos Moreno Narváez, presunto estudiante de Administración, quien sufrió heridas por impacto de perdigones a nivel facial, en el brazo y hombro derecho y en el tórax.
Además trasladaron a Carmen María Hidalgo, de 22 años, quien sufrió una crisis nerviosa al encontrarse en medio de la violenta situación.
Los funcionarios de la Policía del Estado lesionados fueron el cabo primero Henry Altuve Oviedo, quien presentó traumatismo torácico severo a consecuencia de ser arrollado; el agente Ronald Molina García, adscrito al GAM, quien sufrió herida por impacto de proyectil en pierna izquierda; y el agente Luis Palacios, adscrito a la Brigada Especial, a quien le diagnosticaron herida por impacto de proyectil en pierna izquierda con fractura de peroné.
Los siete detenidos fueron trasladados al retén de la Dirección General de Polimérida, en glorias patrias, sede que fue resguardada preventivamente por un numeroso piquete de funcionarios. Al frente del edificio estacionaron el bus implicado en los sucesos, marca Iveco, color azul, identificado con el logo de la casa de estudios, signado con el número 455 y placa 34USAK, dentro del cual se localizaron varios alimentos, presuntamente de los saqueados.
Ante el rumor de que la causa del vandalismo fue la protesta por fallas en el servicio de comedor, se consultó al director de servicios generales de la Ula sobre el funcionamiento de este servicio. Indicó que “el comedor ha funcionado normalmente, a excepción del servicio de cena que no se estaba proporcionando desde el 25 de mayo por falta de personal”. Sin embargo, explicó que se está solventado la deficiencia, luego de que la semana pasada el Consejo Universitario aprobara un plan de contingencia con la autorización de que se contratara personal extra. “El lunes hubo cena. Hoy (ayer) estábamos evaluando la situación con el personal que iba a ingresar para continuar dando la cena, cuando nos enteramos de lo ocurrido”.
Al cierre de esta edición decenas de encapuchados se mantenían apostados las adyacencias a las residencias universitarias Domingo Salazar. Hubo rumores de que dos carros más habrían sido retenidos por los manifestantes, pero la información no fue confirmada por fuentes oficiales.
